Peluso & Una Jirafa de Otoño.

19.04.2014 13:22

Peluso

Peludo Kale, más conocido como Peludo Peluso, era un elfo el cuál tenía un amigo llamado Peludo Bruno, y juntos jugaban cada tarde a la pelota. Un día Peluso Bruno contó a Peluso, que se mudaba con sus padres a otro lugar del bosque, por lo que se puso muy triste. Una noche su madre le contó un cuento sobre las sílfides, y como vuelan por el cielo durante mucho rato.

Al día siguiente, Peluso salió triste al bosque, y encontró una puerta que nunca antes había visto, la traspasó y encontró un bonito y frondoso bosque lleno de flores con miel, sobre una piedra una sílfide lloraba amargamente porque le faltaba un ala y no podía volar, y al ver a Peluso le pidió que le ayudara. La sílfide le contó que Nock, un monstruo gigante que vivía en el lago, le había robado su ala, y que si el la ayudaba a recuperarla, le dejaría volar, y así poder volver a ver a Bruno.

Cuando Peluso fuer al lago para arrebatarle el ala, conoció a Nock, el no había querido asustar a la sílfide y quitarle el ala, pero se encontraba muy solo y necesitaba una amiga y nadie quería estar con el, tanta pena le dio a Peluso que deseó abrazarlo, y se hicieron amigos. Nock devolvió el ala a la sílfide, la cual se hizo amiga de el también. Peluso cumplió su sueño de volar, pero mientras volaba se olvido de buscar a Bruno.

Al día siguiente, Peluso conoció a Peludo Kale, un peludo de su edad que se había mudado a la antigua casa de Bruno, y hablando con el, le contó lo de la puerta, y que conocía a Nock y a la sílfide, por lo que la puerta que le llevaba hasta ellos desapareció, aunque el se entristeció un poco, pero ya había encontrado un nuevo amigo, Peludo Kale.

 

Una jirafa de Otoño

La protagonista es una jirafa que siempre ha tratado de ser igual que las demás, de ‘encajar socialmente’ en la manada pero, cuando una compañera del grupo descubre que tiene algo que la diferencia del resto, se preocupa y entristece enormemente, ¡ha perdido una de sus características manchas! Ella, que no entiende por qué le falta una mancha, se siente ahora diferente a sus compañeras, pero no ha hecho nada distinto para serlo, incluso ha comido lo mismo que el resto de jirafas. Triste y apesadumbrada abandona la manada. En su aventura en solitario, termina por perder todas las manchas y deberá acostumbrarse a su nuevo aspecto. Por suerte, conoce a todo tipo de criaturas que son felices siendo diferentes -pero iguales- a sus congéneres.

 

Una jirafa de otoño enseña que todos tenemos nuestras particularidades pero, en algún lugar, hay otras personas que tienen nuestras mismas preocupaciones. A pesar de las pequeñas diferencias, los que nos rodean sienten igual que nosotros, ríen, lloran, aman y sufren de la misma forma que lo hacemos nosotros mismos. Somos similares por mucho que nos creamos especiales o diferentes. Podemos llegar a considerar que nuestras preocupaciones son tan grandes e importantes que impedirán que seamos felices, sin embargo, es importante decir que la obra muestra que viajar es necesario para formar nuestra personalidad ya que permite conocer otras realidades, otras culturas diferentes a la nuestra, viajar abre la mente, ayuda a relativizar todo lo que pensamos y lo que nos ocurre, ayuda a comprender el mundo y a hacernos más fuertes.

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